El talentosísimo guionista Aaron Sorkin(Red Social, Cuestión de Honor,
Moneyball) le ha dado un excéntrico
giro, una vez más, a una historia que pudo ser aburrida, convencional y
superficial. Ahora que ha unido fuerzas con Danny Boyle, el resultado
puede no ser tan comercial, pero para un cinéfilo amante de punzantes
diálogos como yo, es fascinante.
Aunque Leonardo DiCaprio es
el favorito, Michael Fassbender da a mi parecer la mejor actuación del año
como el legendario y difícil visionario Steve
Jobs, quien se convirtió probablemente en el ser más influyente en el
universo de la tecnología que el mundo haya conocido, aún sin ser un ingeniero,
diseñador o programador.
Como Jobs dice
con un desenfrenado ego: “Los músico tocan sus instrumentos, yo dirijo la
orquesta.” Para él, su socio Steve
Wozniak tenía gran talento, pero no suficiente como para alcanzar la
grandeza.
Sorkin y Boyle han construido un biopic, con sus toques de
ficción, que funciona como el ejemplo perfecto para identificar los tres actos
de la historia. Cada uno de estos actos dura alrededor de 40minutos y en él
vemos el drama que rodea a Jobs minutos antes de subir a un escenario y
presentar el próximo Gran Proyecto.
El primer acto introduce a Jobs en 1984, previo al lanzamiento
de Macintosh; el segundo toma sitio en 1988, luego de que Jobs partiese de
Appel y fuese a introducir el NeXT Cube; y el tercer acto nos muestra al genio
antes del lanzamiento que iba a cambiar el mundo: el iMac.
Fassbender comienza actuando más como un matón, bully, que como un genio cibernético.
Regaña y amenaza con humillar a sus trabajadores, mientras ignora cruelmente a
su ex novia Chisann Brennan(Katherin
Waterston) y a su hija de 5 años Lisa.
A lo largo de los actos vemos como la relación padre-hija evoluciona,
y en el ultimo de estos parece que dicha relación desvía un poco el tema
central y le otorga una redención a Jobs que su personaje no necesitaba en la
cinta.
Kate
Winslet es prácticamente
irreconocible como su asistente y en varias ocasiones, la voz de la razón para
Jobs.
Jeff
Daniels interpreta al CEO de
Appel John Sculley, quien parece
una figura paterna de Jobs, lo quiere, pero se frustra constantemente por su
actitud. Daniels y Fassbender son protagonistas de una de las mejores discusiones
del 2015, potenciada por el excelso montaje de Elliot Graham.
Seth
Rogen como nunca lo has visto,
se transforma en Wozniak y trata de hacer entender a Jobs que puede hacer un
esfuerzo por ser mejor persona.
Ripley
Sobo interpreta a Lisa a los
nueve y Perla Haney-Jardine a los
diecinueve. Ambas realizan un buen trabajo, a pesar de que resulta poco creíble
que Jobs tenga momentos dramáticos que determinan la relación con su hija
momentos antes de cada presentación.
Lo que resulta tan
impresionante de Steve Jobs, más allá
de su original forma de contar la historia, es que el libreto de Sorkin desnuda
tantos rasgos de la personalidad de los involucrados solo por medio de
conversaciones.
El primer acto fue filmado en 16mm, el segundo en 35mm y el
tercero en digital, de modo que se sintiese la evolución tecnológica. Funcionó.
“Tus productos son mejores
que tú”, dice Wozniak.
“Esa es la idea”, responde Jobs.
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