Con inmensas actuaciones y una sublime dirección de Ryan Coogler, Creed se aprovecha de la nostalgia de
Rocky y le inyecta energía a la franquicia. Es efectiva
incluso para aquellos que no están tan familiarizados con las historias de
Balboa, y los recién llegados le tendrán la misma empatía a los nuevos
personajes de la misma forma que los que vieron por primera vez a Rocky hace 40
años.
La historia se asemeja al arco de la original Rocky. Está el humilde boxeador, su
mentor y la chica de quien se enamora y que lo apoya fielmente. Está el
boxeador imbatible que le da al chico el chance de su vida. Y está la música
característica, que menos mal no abusan de ella sino que suena justo en el
momento indicado. Creed tiene todos
estos elementos en común y aún así
se siente más como una película que vale por sí misma que como una copia.
Resulta fácil ver hacia donde nos lleva la cinta al final,
pero ocasionalmente nos sorprende con pequeñas cosas, y la respuesta emocional
del público no se reduce. Hay increíbles momentos grandes como también los hay
chicos, y recompensas son manejadas con gran habilidad tanto por los actores
como por lo que ocurre detrás de cámara.
No pienso arruinarles absolutamente nada. Solo préstenle
atención a la primera pelea profesional de Adonis
Johnson. Es algo especial.
Creed inicia con el pasado de Adonis(Michael B. Jordan), que es recogido de
un penitenciaria juvenil por la viuda de Apollo Creed, Mary Anne(Phylicia Rashad). Donnie es producto de
un amorío, y nació luego de que su padre muriese en Rocky IV. Mary Anne lo cría como si fuese suyo, pero Donnie siente
resentimiento por vivir bajo la sombra de un hombre muy famoso a quien nunca
conoció. De todas formas incursiona-sin el apoyo de su madre- en el boxeo,
peleando en bares de México antes de volver a su trabajo de oficina en Los
Ángeles.
Se muda a Philadelphia en busca de un mentor, Rocky Balboa,
quien al principio se muestra obtuso pero no tarda en decirle que sí a Donnie.
Allí también conocerá a Bianca(Theresa
Thompson), una dulce chica con problemas de audición y aspiraciones en la
industria musical.
Desde ahí en adelante vendrán los entrenamientos, las
primeras pelas y luego la Gran Pelea que nunca falta en una película de boxeo. Creed puede ser predecible, pero también
es dulce, inspiradora, sentimental y divertida.
Creed nos da a conocer un nuevo y simpático
héroe, con una excelente actuación de Jordan para respaldarlo. La joven
estrella, que ya trabajó con Coogler en la muy buena Fruitvale Station, retrata la confusión de muchos jóvenes cuando
forjan su identidad.
Algo más: su personaje, básicamente, es un tipo genial, súper
pana.
Donnie también tiene su propia versión de una corrida
triunfante en las escaleras del Museo de Philadelphia. Pero la suya es
imaginada como un trote callejero rodeado de motocicletas.
Y luego está Silvester Stallone dando quizá la mejor actuación de su carrera en
40 años. No sé si
merece el Oscar, pero sin duda merece reconocimiento. Su encarnación ha sido un
hito en la historia del cine y, si esta decide ser su última interpretación de Rocky,
terminará con la vara en alto.
Como su protagonista, Creed busca no caer bajo la sombra de un gigante y hacerse un nombre por sí sola. Y lo logra.
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