Por: @MrKriplin
La
reseña de hoy viene en combo. El libro que leí se titula “Un viaje a la luna”,
fue publicado en forma seriada y consta de dos partes:
1. “De la tierra a la luna” (De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures; Julio Verne; 1865)
2. “Alrededor de la luna” (Autour de la Lune; Julio Verne; 1870)
Esta obra fue escrita por uno de los fundadores de la ciencia ficción, Julio Verne. Cabe destacar que es la primera reseña que hago sobre la novela de uno de mis autores favoritos, y vale la pena escribir un poco sobre él.
Julio Verne (Jules Gabriel Verne) nació en Francia, el 8 de febrero de 1828 y murió el 24 de marzo de 1905. Sus obras fueron base para la ciencia ficción y aportaron mucho al género de aventura. Es el segundo autor más traducido luego de Agatha Christie.
Verne publicó a lo largo de su vida “Viajes extraordinarios”, una serie de novelas donde nos cuenta acerca de las aventuras de varios de sus personajes. En esta serie se encuentran títulos como: 20.000 Leguas de viaje submarino, La vuelta al mundo en 80 días, De la tierra a la luna y La isla misteriosa. Es conocido también por sus anticipaciones tecnológicas, entre ellas están las armas de destrucción masiva, el submarino, las naves espaciales, el ascensor y el internet.
Verne no pensó en la ciencia ficción como género, lo que él quería era crear libros de carácter científico. Libros que iniciaran a los jóvenes lectores en el mundo de la ciencia; a pesar de que su plan no saliera como lo esperaba, de algún modo cumplió su objetivo. “Un viaje a la luna” está lleno de este carácter científico.
La primera parte de la novela se titula “De la tierra a la luna” y se sitúa poco tiempo después de la Guerra Civil Americana. El Gun Club es un grupo de artilleros estadounidenses que se encargaban, durante la guerra, de la construcción de armas para el ejército. El presidente de esta sociedad era Barbicane, quien en un discurso les propone la gran hazaña de disparar un proyectil a la luna. Luego se sumarán a la aventura un francés aventurero llamado Michel Ardan, y el capitán Nicholl un experto en blindaje, y escéptico por naturaleza.
En este libro Verne se vale de sus conocimientos e incluye capítulos que hablan de astronomía, algebra, química y física de una forma muy entretenida, valiéndose de las situaciones y los personajes para explicar tanto la forma en que hacen despegar su nave como su comportamiento en el espacio.
La segunda parte lleva por nombre “Alrededor de la luna” y se sitúa, irónicamente, alrededor de la luna. Los tripulantes anteriormente mencionados quedan atrapados en la zona neutra de atracción gravitacional entre la tierra y la luna, y no se mueven hacia ningún lado. Se convierten en un satélite del astro blanco o, como la suele llamar Verne, la rubia febea. Barbicane y Nicholl aprovechan esos momentos para estudiar a profundidad la selenografía, y Ardan, para dejar de ser tan ignorante.
Verne, en esta parte, mantiene una línea editorial exactamente igual a la de la primera parte. Dedica capítulos enteros a la gravedad, la atracción de los astros, y la física en general. Agrega mediante Michel Ardan a un personaje bastante ignorante, motivo por el cual Barbicane y Nicholl deben repetir varias veces sus explicaciones científicas, dejándonos asimilar mejor el contenido del libro. Por otro lado, Michel funciona de cemento entre sus compañeros, es hilarante y nos hace pasar un buen rato con sus ocurrencias.
Para concluir, los dos libros juntos crean una novela ejemplar. Despiertan las ganas de conocer más de ciencia (Good job Verne), y plantea una propuesta bastante única para su época, viajar a la luna. El tema central del libro más que el viaje es la fuerza de voluntad humana. Verne en muchos de sus libros nos deja este mensaje, y es la verdad, el hombre puede llegar hasta donde su voluntad lo lleve.
Un viaje a la luna obtiene un 5/5.
1. “De la tierra a la luna” (De la Terre à la Lune Trajet direct en 97 heures; Julio Verne; 1865)
2. “Alrededor de la luna” (Autour de la Lune; Julio Verne; 1870)
Esta obra fue escrita por uno de los fundadores de la ciencia ficción, Julio Verne. Cabe destacar que es la primera reseña que hago sobre la novela de uno de mis autores favoritos, y vale la pena escribir un poco sobre él.
Julio Verne (Jules Gabriel Verne) nació en Francia, el 8 de febrero de 1828 y murió el 24 de marzo de 1905. Sus obras fueron base para la ciencia ficción y aportaron mucho al género de aventura. Es el segundo autor más traducido luego de Agatha Christie.
Verne publicó a lo largo de su vida “Viajes extraordinarios”, una serie de novelas donde nos cuenta acerca de las aventuras de varios de sus personajes. En esta serie se encuentran títulos como: 20.000 Leguas de viaje submarino, La vuelta al mundo en 80 días, De la tierra a la luna y La isla misteriosa. Es conocido también por sus anticipaciones tecnológicas, entre ellas están las armas de destrucción masiva, el submarino, las naves espaciales, el ascensor y el internet.
Verne no pensó en la ciencia ficción como género, lo que él quería era crear libros de carácter científico. Libros que iniciaran a los jóvenes lectores en el mundo de la ciencia; a pesar de que su plan no saliera como lo esperaba, de algún modo cumplió su objetivo. “Un viaje a la luna” está lleno de este carácter científico.
La primera parte de la novela se titula “De la tierra a la luna” y se sitúa poco tiempo después de la Guerra Civil Americana. El Gun Club es un grupo de artilleros estadounidenses que se encargaban, durante la guerra, de la construcción de armas para el ejército. El presidente de esta sociedad era Barbicane, quien en un discurso les propone la gran hazaña de disparar un proyectil a la luna. Luego se sumarán a la aventura un francés aventurero llamado Michel Ardan, y el capitán Nicholl un experto en blindaje, y escéptico por naturaleza.
En este libro Verne se vale de sus conocimientos e incluye capítulos que hablan de astronomía, algebra, química y física de una forma muy entretenida, valiéndose de las situaciones y los personajes para explicar tanto la forma en que hacen despegar su nave como su comportamiento en el espacio.
La segunda parte lleva por nombre “Alrededor de la luna” y se sitúa, irónicamente, alrededor de la luna. Los tripulantes anteriormente mencionados quedan atrapados en la zona neutra de atracción gravitacional entre la tierra y la luna, y no se mueven hacia ningún lado. Se convierten en un satélite del astro blanco o, como la suele llamar Verne, la rubia febea. Barbicane y Nicholl aprovechan esos momentos para estudiar a profundidad la selenografía, y Ardan, para dejar de ser tan ignorante.
Verne, en esta parte, mantiene una línea editorial exactamente igual a la de la primera parte. Dedica capítulos enteros a la gravedad, la atracción de los astros, y la física en general. Agrega mediante Michel Ardan a un personaje bastante ignorante, motivo por el cual Barbicane y Nicholl deben repetir varias veces sus explicaciones científicas, dejándonos asimilar mejor el contenido del libro. Por otro lado, Michel funciona de cemento entre sus compañeros, es hilarante y nos hace pasar un buen rato con sus ocurrencias.
Para concluir, los dos libros juntos crean una novela ejemplar. Despiertan las ganas de conocer más de ciencia (Good job Verne), y plantea una propuesta bastante única para su época, viajar a la luna. El tema central del libro más que el viaje es la fuerza de voluntad humana. Verne en muchos de sus libros nos deja este mensaje, y es la verdad, el hombre puede llegar hasta donde su voluntad lo lleve.
Un viaje a la luna obtiene un 5/5.
Curiosidad:
el libro que reseñé hoy sirvió de inspiración para la misión Apolo 11, misión
que llevaría al hombre a pisar la luna 104 años después de la
obra fuera publicada; de hecho, la cabina de comando de esta misión se llamó
Columbia en honor al Columbiad, cañón que disparó el proyectil hacia
la luna en la historia de Verne. Otra curiosidad es que
este cañón se encontraba en Florida, el mismo estado desde donde
despegó la misión Apolo.
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