Reseña de "Tokyo Ghoul" Un potencial desperdiciado

Por: Christian Roballo @ChrisRoba 

“Si por el bien de tu argumento, fueras a escribir una historia conmigo como el protagonista… ciertamente sería… una tragedia.” – Kaneki Ken

Tokyo Ghoul plantea un problema de moral muy bueno ¿está bien vivir a costa de la vida de los demás? esta, seguramente, no será la pregunta más original de la ficción, pero no se puede discutir que siempre resulta algo interesante de ver.

La historia nos traslada a una Tokio que se ve amenazada por ghouls, criaturas parecidas a los humanos quienes necesitan comer carne humana para sobrevivir. Pronto, Kaneki Ken, un chico universitario promedio, se verá envuelto en una situación problemática al convertirse en uno de ellos. Desde este punto nuestro protagonista entrará en un conflicto ético a causa de su nueva necesidad: canibalizar. El ya no puede ser un humano, pero tampoco desea ser un ghoul. Tendrá que aprender a vivir con sus dos partes, mas esto no será algo fácil si ambos bandos se encuentran en guerra.

El desarrollo psicológico del protagonista es lo más importante de la serie, quien se tambalea entre sus dos mitades en conflicto, hasta el punto de “romperse” terminando con una personalidad completamente distinta a la original.

La animación de este anime fue realizada por Pierrot, el estudio de animación más criticado; aunque no es para menos, dado que no ha logrado hacerle justicia a ninguna de sus adaptaciones, siendo esta serie una más en su lista de víctimas. Aun así, existen cosas rescatables en esta serie, como la gran banda sonora con la que cuenta, realizada por Yutaka Yamada. Pese a esto y a la buena paleta de colores que tiene, la animación no llega a ser un trabajo demasiado elogiable, siendo un poco deforme (o extraña) en algunos momentos. Sin embargo, hay escenas específicas donde ciertamente se esforzaron lo suficiente como para decir que recrearon el momento a la perfección, y los últimos capítulos son una muestra de esto.

El anime tiene momentos muy buenos, eso no se puede negar. No obstante, hay muchos fallos que son importante destacar. Los hechos son contados demasiado deprisa y, a veces, algunas situaciones son muy forzadas. Los secundarios tampoco son muy desarrollados y la cantidad de personajes extras es exagerada para la relevancia que llegan a tener. Además, el final no concluye el arco argumental donde se encuentran, dejan demasiados cabos sueltos y nunca se dignan a tomarse un descanso para explicar cosas básicas de la trama, como qué es un ghoul o por qué solo pueden comer carne humana.

Pese a todo esto, Tokyo Ghoul es un anime que no puede pasar indiferente, muchos lo aman; otros, lo ven como un potencial desperdiciado. Es el claro ejemplo de que puedes tener un comienzo y un final genial, pero si todo lo que está en el medio es poco convincente no podrás llegar a las expectativas que has creado en tu público. Y sin embargo consigue entretener al público, porque tiene cosas que simplemente enganchan, todos somos emocionados por algo.


Tokyo Ghoul obtiene un 3.5/5.