"Yo, robot", una piedra fundadora. - Fan De Historias
6/7/15

Por: @MrKriplin  


“--He pasado estos dos últimos días en concentrada introspección -dijo Cutie-, y los resultados han sido de lo más interesante. Empecé por un seguro aserto que consideré podía permitirme hacer. Yo, por mi parte existo, porque pienso... --¡Ah, por Júpiter... un robot Descartes! -gruñó Powell.”

“Yo, robot” es un libro que, a pesar de haber sido escrito en 1950, mantiene una actualidad descomunal. Isaac Asimov  trae para nuestro deleite nueve relatos que cuentan el principio y la evolución de los robots en su universo que, aunque es ficticio, no se diferencia en mucho del nuestro.

Lo más importante y que luego influenciaría a muchos autores de ciencia ficción es principalmente la presentación de las tres leyes de la robótica y, en segundo lugar, los cerebros positrónicos (circuitos complejos que cumplen la función de cerebro para los robots).

Los relatos son narrados por un reportero que hace una entrevista a la experta en robopsicología Susan Calvin quien trabaja para la compañía poseedora del monopolio en producción de robots, US Robots and Mechanical Men, Inc. Ella le cuenta varios problemas que ha tenido a lo largo de su vida con robots y la forma en la que logró resolverlos. En cada relato se acentúan de diferentes maneras las tres leyes que, implantadas en los cerebros positrónicos de los autómatas, dan inicio a la robótica:

1.       Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

2.       Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la 1ª ley.

3.       Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la 1ª o la 2ª ley.

Asimov, mediante la evolución de los robots, fue capaz de crear una amplia gama de autómatas. Desde Robbie, un pequeño robot servicial, pasando por creyentes religiosos, mentirosos, robots que leen la mente y astutos escapistas, para llegar a humanoides que se vuelven grandes gobernantes. Tenemos que recordar que como son robots están sometidos a las leyes de la robótica y el autor tiene presente eso todo el tiempo; se vale de esas leyes para poner frente a nosotros además de problemas de moral bastante profundos, varias interrogantes como: ¿Qué diferencia al robot del humano? Y ¿Qué es mejor para la humanidad, el robot o el hombre?

En resumen, “Yo, robot” (Isaac Asimov; 1950) es una pieza literaria que conserva actualidad y que es fácil de leer; presenta el humor y  la tensión de manera armónica. Una obra genial, base para la ciencia ficción actual. Sin embargo, algunos relatos guardan muchas similitudes estructurales entre sí. A pesar de esto, a mi parecer, el número de relatos publicados fue el preciso. Si hubieran agregado más, las similitudes estructurales que ya comenté tumbarían el libro; de haber quitado alguno, nos dejarían como Homero al terminar una dona, con ganas de otra.

Yo, Robot obtiene un 4.5/5.






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