El
cuento de la Princesa Kaguya es
una visionaria adaptación animada del cuento de folklore japonés Taketori monogatari, que
narra la historia de una damisela que provenía de la luna, y nació dentro de un
tronco de bambú para satisfacer el sentimiento paternal de una pareja anciana
de campesinos que no podía tener hijos. Okina, el padre, la llama princesa desde
el momento en que la encuentra, mientras otros la conocen como Lil' Bamboo por
su inexplicablemente rápido crecimiento, y su asociación con dicha mata.
Transcurridos varios años, un día el padre descubre una gran cantidad de oro y
convencido de la procedencia mística de su hija, se decide a darle "la
vida que merece". Eventualmente, la dulce niña de campo es convertida en
una princesa, y sus extraños y sobrenaturales orígenes vuelven a perseguirla.
El último trabajo en la historia del legendario director de anime, Isao Takahata, es bastante simple, y a la vez compleja; saltando de un acercamiento infantil hacia una sofisticada alegoría sobre las locuras del materialismo y el desvanecimiento de la belleza, tanto física como espiritual. Cargada de un interminable atractivo visual que venera tanto a la cultura como a la naturaleza, y llevando los tradicionales dibujos animados(hechos a mano y no a computadora) a un nuevo nivel de fluidez, The Tale of the Princess Kaguyase consagra como una verdadera obra de arte. Probablemente, la animación más atrevida, rica y colorida del 2014.
Mientras Kaguya vive una infancia normal, haciéndose amiga de los niños locales y creando fuertes lazos con un muchacho mayor llamado Sutemaru, quien con el tiempo se convierte en su interés amoroso, su padre adoptivo se distrae con el valor que ella pueda presentar para él. Cuando Kaguya se torna adolescente, Okina traslada a su familia hasta la capital, donde la joven princesa recibe clases de "cómo comportarse como una verdadera dama".
El último trabajo en la historia del legendario director de anime, Isao Takahata, es bastante simple, y a la vez compleja; saltando de un acercamiento infantil hacia una sofisticada alegoría sobre las locuras del materialismo y el desvanecimiento de la belleza, tanto física como espiritual. Cargada de un interminable atractivo visual que venera tanto a la cultura como a la naturaleza, y llevando los tradicionales dibujos animados(hechos a mano y no a computadora) a un nuevo nivel de fluidez, The Tale of the Princess Kaguyase consagra como una verdadera obra de arte. Probablemente, la animación más atrevida, rica y colorida del 2014.
Mientras Kaguya vive una infancia normal, haciéndose amiga de los niños locales y creando fuertes lazos con un muchacho mayor llamado Sutemaru, quien con el tiempo se convierte en su interés amoroso, su padre adoptivo se distrae con el valor que ella pueda presentar para él. Cuando Kaguya se torna adolescente, Okina traslada a su familia hasta la capital, donde la joven princesa recibe clases de "cómo comportarse como una verdadera dama".
Dichas lecciones contrastan fuertemente con su
antiguo estilo de vida, aquel mucho mas libre y divertido, mientras el último
es más estricto, reservado e incoloro. "Una princesa nunca debe mostrar su dentadura" se le dice a
Kaguya, y ella responde "Una
princesa debe poder correr, jugar, reír y llorar. Una princesa debería ser
humana." Su belleza es celebrada como una rareza, y cuando cinco ricos
y agresivos pretendientes vienen llamando a la puerta-seguidos del mismo
emperador- la protagonista comienza a sentirse atrapada, su mundo tal como lo
conocía se desvanece, e imagina una vida diferente para sí, aquella vida que
alguna vez tuvo en el campo y de la cual fue despojada. Lo que sigue es el
duro cuento de una joven chica batallando por mantener su propia identidad e
independencia, en el medio de hombres desacertados que buscan
controlarla. Y su padre es el más desacertado de todos, dotándola de una
infinidad de lujos y regalos, entrenándola para cambiar su forma de ser, e
ignorando todas las señales de su miseria por su aislada existencia. Kaguya
se encuentra hasta el tope de bienes materiales, pero se le nota en la
mirada que carece de ganas para vivir.
El filme crece y madura junto con su heroína. La historia atraviesa a las etapas dramáticas del crecimiento femenino. De la niña alegre y despreocupada pasa a la adolescente rebelde, y finalmente a la mujer madura y sensual. El cuento de la princesa Kaguya ofrece una mirada muy realista y madura sobre la vida, y como la forma de verla no solo varía según los ojos de quien la viven, sino también dependiendo de la etapa que la persona esté atravesando.
Tengo pocos problemas con la película. Principalmente, siento que en la relación de Kaguya con sus padres no se muestra de forma genuina el afecto, y que Okina, cuya vanidad se podría haber explorado con mayor profundidad, termina por permanecer como un simple bufón. Ésta es la historia de la princesa, pero frecuentemente se siente contada desde el punto de vista de un padre.
Puede que por costumbre a los tradicionales filmes animados, que están más potenciados por risas y ternura que por trabajo artístico, no se pueda apreciar del todo la inmensa calidad y profundidad de éste. Casi en su totalidad tienden a ser aquellos para el disfrute de toda la familia, con El cuento de la Princesa Kaguya lo dudo mucho. Un niño de 10 años difícilmente pueda entenderlo, y es probable que se aburra por su duración y carencia de risas. La razón es que no nos encontramos ante un film animado cualquiera, nos encontramos ante un drama para personas maduras, pero con animación.
El filme crece y madura junto con su heroína. La historia atraviesa a las etapas dramáticas del crecimiento femenino. De la niña alegre y despreocupada pasa a la adolescente rebelde, y finalmente a la mujer madura y sensual. El cuento de la princesa Kaguya ofrece una mirada muy realista y madura sobre la vida, y como la forma de verla no solo varía según los ojos de quien la viven, sino también dependiendo de la etapa que la persona esté atravesando.
Tengo pocos problemas con la película. Principalmente, siento que en la relación de Kaguya con sus padres no se muestra de forma genuina el afecto, y que Okina, cuya vanidad se podría haber explorado con mayor profundidad, termina por permanecer como un simple bufón. Ésta es la historia de la princesa, pero frecuentemente se siente contada desde el punto de vista de un padre.
Puede que por costumbre a los tradicionales filmes animados, que están más potenciados por risas y ternura que por trabajo artístico, no se pueda apreciar del todo la inmensa calidad y profundidad de éste. Casi en su totalidad tienden a ser aquellos para el disfrute de toda la familia, con El cuento de la Princesa Kaguya lo dudo mucho. Un niño de 10 años difícilmente pueda entenderlo, y es probable que se aburra por su duración y carencia de risas. La razón es que no nos encontramos ante un film animado cualquiera, nos encontramos ante un drama para personas maduras, pero con animación.
El cuento
de la princesa Kaguya obtiene un 3.7/5.
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