Tras
interpretar el amigo ciego de AnselElgort en Bajo la misma estrella,
Nat Wolff(Quentin/Q) prueba que tiene
material para ser protagonista, cosa que resulta difícil con un rol de un chico
bueno, perfectamente normal, que esta obsesionado con una chica. Esa chica es Margo/M(Cara Delevigne), quien es vecina de Q desde los siete. De chicos fueron amigos, pero ahora que están
por graduarse es evidente que han tomado caminos distintos. Ella es la más
popular de las populares y él es, bueno, un chico más. Q solo puede fantasear con M
hasta que un día se le aparece en la ventana y da inicio al comienzo de una
aventura.
Ciudades de papel es la segunda adaptación a la pantalla grande de
una novela de John Green, luego del
éxito critico y taquillero de Bajo la
misma estrella en el 2014. Aquella manejó su temática con humor y
honestidad suficiente para afectar emocionalmente a la mayoría de los
espectadores; Paper Towns, no tanto.
El
principal problema con Ciudades de papel es
que sufre de la misma metáfora de la cual nace su título: Margo, interpretada con naturalidad y un toque de chica ruda por Cara Delevingne, señala que para ella su mundo es una fachada, está
hecho de papel. “Una ciudad de papel para
una chica de papel.” Y sucede lo mismo con la película. Por la superficie
parece la historia de un chico obsesionado con una chica misteriosa, pero en
verdad es una buddy movie(cinta de
amigos). Podría tomarse como la versión adolescente de Stand By Me(reseña).
De
todas formas Ciudades de Papel tiene
algo en ella, probablemente gracias al trabajo de sus guionistas Scott Neustadter y Michael H. Weber. El libreto es valiente para aventurarse más allá
de la cultura popular de Twitter. Como resultado, esta puede ser la única cinta
adolescente que haga tributo a la poesía de Walt
Whitman y a la música introductoria de Pokemon.
Por
eso es interesante que con esta premisa la estrella no sea Cara Delevingne, aun cuando su actuación es más que convincente. La
chica tiene talento, pero quienes destacan son el trío de amigos conformado por
Q, el hablador con cara de bebé Ben(Austin Abrams) y el siempre
preocupado Radar(Justice Smith). Es
un bromance de tres partes con una
clave importante: ellos hablan y reaccionan hacia el mundo como adolescentes
que uno podría conocer, y no como estereotipos.
La
construcción del tema de ver a las personas mas allá de su fachada publica y no
como una fantasía es una lección aplicada de muy buena forma. Esta es una película
adolescente que tiene mas cosas en común con Perdida que con El club delos cinco.
Ciudades de papel es mitad drama adolescente, mitad roadtrip. Funciona mejor la segunda
parte, pues se siente la amistad entre los chicos y hay bastante para reír. Pero
resulta poco creíble pensar que alguien en verdad haría una viaje para buscar a
una chica con la cual fantasea, y más aún cuando ella es tan despreocupada que
difícilmente le agarramos cariño. Ni hablar de sus padres.
La
banda sonora contiene la versión actual de melodías que hubieras escuchado en
una cinta de John Hughes. Hay la
cantidad suficiente de narración y, una vez que sabemos lo que sucedió con Margo, basta con decir que se siente
correcto.
El
golpe final no llega a ser más que una cortada de papel, pero con lo que logra
en el camino es suficiente.
Ciudades de papel obtiene un 3/5.
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